lunes, 27 de agosto de 2012

El problema es el egoísmo


Yrlánder Hernández
Sat, 25 Aug 2012 10:20:00

Latinoamérica tiembla, pareciera que estuviésemos en los inicios de una revolución al estilo de los países árabes, pero sin armas. En Paraguay se está armando un nuevo gobierno, en Bolivia hay constantes protestas. En Venezuela se encuentran a un paso de las elecciones...


El apoyo popular es el respaldo más eficaz de los políticos, los medios de comunicación son los encargados de darlos a conocer, los fondos monetarios los ponen al frente de los partidos y el pueblo es el que elige a sus gobernantes. Esa es la realidad de la democracia.

Lucha de poderes, constantes cambios, crisis global y malestar general, así inician todas las revoluciones, de todos los colores y de todas las ideas políticas. Revolución significa giro, vuelta, pero tontamente suelen ser más de lo mismo, una vuelta a 360 grados, la emoción del paisaje de cambio para llegar finalmente al punto de inicio.

La política es sucia, dice la sabiduría popular, es un trabajo demasiado lucrativo, y aunque no nos guste es una realidad presente en nuestra sociedad. Una política bien entendida puede ayudar al pobre, favorecer al rico y hacer que los de la clase media vivan felices. Pero el pobre se queja en su pobreza y pretende robarle al rico. El rico se queja de los pobres pero les roba el pan con sus lujos e intereses. Eterno problema la lucha de clases, promovida por la política egoísta.

Es más sencillo caminar juntos tomados de la mano en una cadena de amor... Pero es que esa idea de enamorados no cuadra con la realidad. El problema no se encuentra entonces en la política, sino en el egoísmo de cada hombre. Así entonces de qué sirven los cambios, de qué sirven las revoluciones, si el corazón del hombre no cambia, no se transforma

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