Es
graciosa la expresión de la sabiduría popular "Antes de hablar enchufa
el cerebro", es graciosa, pero también sabia porque invita a meditar en
lo que se ha de decir antes de compartirlo con los demás. Lo mismo
sucede con el ejercicio democrático del voto, que tan costoso es, y que
tiene por desenlace la elección de candidatos a los diversos cargos de
autoridad que nuestra sociedad ha establecido como los adecuados para
tener un buen sistema de gobierno.
Para quienes creemos en el Dios de
Jesucristo, este ejercicio exige una meditación previa que lleve a una
adecuada reflexión a fin de que las propuestas de los diversos partidos
políticos y candidatos, aunque se encuentren enfrentados, sean acordes
con el modo de convivencia humana que establecen las virtudes del
Evangelio.
La política, en su sentido amplio,
es la búsqueda del Bien común, de la que no es ajena la Iglesia formada
por el conjunto de los bautizados en la Fe, y que debe procurarse por
quienes en Cristo creemos.
Por lo anterior, y en pleno
ejercicio del derecho a la Libertad Religiosa, los obispos de la
arquidiócesis de México han hecho llegar al Pueblo creyente, en un
tríptico distribuido en las iglesias, el siguiente documento que permite
meditar adecuadamente en el voto que entregaremos durante las
elecciones de este año 2012. Lo reproduzco enseguida:
"El voto de los fieles cristianos
debe asumir una responsabilidad moral, es decir, tiene que ser
consecuente con los dictados de su conciencia y de su fe, que no pueden
estar separados de sus opciones políticas, pues la política siempre debe
estar al servicio de la justicia y de la verdad.
El voto, en conciencia, debe tomar en cuenta las propuestas que promuevan:
1) La persona humana y su dignidad,
centro de la política.- El quehacer político coloca en el centro a la
persona humana y sus derechos humanos, anteponiéndolos a los intereses
de los partidos, de grupos, particulares o ideologías.
2) La educación integral.- La
educación como formación integral que, desde la infancia, promueve el
respeto, la fraternidad, la corresponsabilidad, la justicia, la
integridad, la seguridad y la paz para la convivencia humana y la
construcción de la nación.
3) La familia, germen de la
sociedad.- La familia debe ser promovida y fortalecida, impulsando la
educación de las nuevas generaciones en los valores morales y cívicos
para la construcción del desarrollo social y económico del país. El
matrimonio constituido por un nombre y una mujer, germen de la familia y
la sociedad.
4) La justicia social.- La sociedad
en su conjunto reclama políticas públicas que fomenten una cultura de
la subsidiariedad, la solidaridad, la equidad, el empleo, el ahorro y el
compromiso comunitario sin paternalismo ni clientelismo políticos. Más
de la mitad de la población del país está sumida en la pobreza.
5) La lucha contra la corrupción.-
Los distintos candidatos deben contar con un historial limpio y los
partidos políticos con un compromiso para abatir la corrupción mediante
leyes y mecanismos que la combatan.
6) El desarrollo económico del
país.- Con un compromiso para que las reformas legales, destinadas a
fomentar el desarrollo, no se vean frenadas por intereses de partido o
de grupos que dañan al país y, principalmente, a las futuras
generaciones.
7) La educación para la paz.-
Respetando en todo momento los derechos humanos mediante una educación
para la paz y en los valores morales y cívicos, que rehagan el tejido
social y nos conduzca a la reconciliación nacional.
8) La protección a grupos en
situación de vulnerabilidad.- Promoviendo y protegiendo la integración
social de los grupos en situación de vulnerabilidad y abatiendo el
maltrato, la discriminación y la marginación.
9) El cuidado y la preservación
ecológica.- Con la conservación de los recursos naturales, combatiendo
su explotación y contaminación, sensibilizando y educando a las nuevas
generaciones en la responsabilidad del cuidado de los bienes de la
tierra que nos han sido confiados por Dios.
10) El derecho a la vida.- Las
propuestas políticas deben ser claras respecto a la defensa del derecho a
la vida, desde el momento de la concepción hasta su terminación
natural.
11) La Libertad Religiosa.- Como un
derecho humano fundamental que beneficia en primer término a la
pluralidad de los creyentes para vivir y expresar libremente su fe y,
sólo en segundo lugar, a las instituciones que los agrupan.
Es deber de los fieles laicos
participar en la conciencia de las elecciones mediante el voto, mismo
que les compromete a exigir a las autoridades electas, el cumplimiento
de sus promesas de campaña y darles seguimiento de manera organizada
para el bien de la nación
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